Hace relativamente poco que empecé a hacerme las uñas en centros de manicura, hasta entonces siempre me apañaba yo en casa con un poco de lima y esmaltes. Cuando comencé (ahora lo sé) no elegí los mejores centros ni las mejores técnicas para mis manos: algún centro de chinos que han abierto por casi todas las ciudades de mi alrededor.
Mi desconocimiento de la técnica correcta para no maltratar mis uñas, me hacía repetir en este tipo de establecimientos, hasta que (las que me seguís en el Instagram de Miscompraslowcost ya lo sabéis) me hicieron la peor manicura del mundo mundial. Como gracias a esta red social he conocido otros centros de Bilbao que hacen las uñas, me decidí a probar en Cuenta hasta diez.
¿Qué deciros? Fue una experiencia de estas que dices "Ay, es un ratito para mí, para dedicarme a mí misma" porque eso fue lo que sentí yo. Irantzu, la encargada del local, es un amor y te irá explicando cómo va haciendo las cosas y qué es lo mejor para tu uña. ¡Yo nisiquiera sabía que mis uñas eran grasas y por eso duraba tan poco el esmalte! Aprendí mucho.
Cuenta hasta diez está en la Gran Vía de Bilbao, muy cerquita del Sagrado Corazón (muy a mano, la verdad) y abre de 10 a 19h en horario ininterrumpido, algo que viene genial para escaparte un ratito al mediodía.
Además me enteré que me habían estado cortando las cutículas (algo que no debe hacerse) lo que ha producido que las tenga secas y abiertas. Ahora me estoy echando un poco de aceite de almendras cada noche para recuperar la hidratación (un truquito muy bueno).
Aunque yo suela ser de lo más tradicional con los esmaltes (siempre voy del rosa-rojo-granate) decidí cambiar de tercio y animarme con este color azul petroléo taaaan bonito. Un esmalte semipermanente que ha quedado genial, aunque no me gusten mis manos ahora me las miro de otra forma ¡de verdad!
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